Institucional

Los anuncios realizados no resuelven el problema del Impuesto a las Ganancias

Publicado el: 05-05-2015

Desde la UEPC consideramos que el anuncio que realizó ayer el ministro de Economía de la Nación, Axel kicillof, sobre una reducción en la aplicación del Impuesto a las Ganancias para quienes cobran entre 15 mil y 25 mil pesos, es un aliciente para un importante sector de trabajadores que están incluidos en esa franja salarial.

Sin embargo, tras analizar el impacto concreto de estos anuncios queda claro que esta medida no es suficiente y no resuelve la cuestión de fondo que es la injusta aplicación del Impuesto a las Ganancias en su cuarta categoría. En este sentido, si bien en el sector docente de Córdoba, entre jubilados y activos, sólo el 4,5% es alcanzado por el impuesto en cuestión, venimos demandando una reforma de la aplicación del tributo, en pos de que alcance a los sectores de mayores ingresos.

De todas maneras, nuestra postura histórica ha sostenido que no estamos de acuerdo con la eliminación de este impuesto ya que correctamente aplicado se trata de una contribución progresiva. Además, de modo más general, desde la UEPC seguiremos exigiendo que se avance firmemente en una reforma integral del sistema impositivo argentino y provincial en pos de que aporten más aquellos sectores con mayores niveles de ganancias.

Por otro lado, rechazamos los dichos del Ministro de Economía en alusión a que los trabajadores pagan menos por Ganancias que por la cuota sindical, y no aprobamos sus expresiones sobre el destino de dichos aportes gremiales.

Como ha quedado en claro a lo largo de la historia argentina los sindicatos somos actores centrales en la defensa del salario y en la consecución de mejores condiciones de vida para los trabajadores. Así, cuando las instituciones gremiales fueron atacadas o debilitadas, por distintas razones y por distintos actores de la vida política nacional, más duros fueron los embates que debieron resistir los asalariados.

Por ello, sostenemos que este tipo de expresiones públicas no aportan al trabajo en conjunto que tienen que llevar adelante el Estado y el movimiento obrero en torno a los problemas que afectan a los trabajadores, ni favorece a la consolidación de la Democracia.
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