En el documento “Por políticas integrales de evaluación. Características y limitaciones del Aprender 2016” compartimos la mirada de UEPC, fruto del debate y la discusión colectiva que se realizó en la Asamblea provincial del 4 de octubre.

El 18 y 19 de octubre se implementará en todo el país un dispositivo nacional de evaluación de los aprendizajes de los estudiantes y de obtención de información acerca de algunas condiciones y factores que influyen en el proceso educativo. El mismo se ha denominado Aprender 2016 y reemplaza a los anteriores Operativos Nacionales de Evaluación (ONE).

Desde UEPC, creemos que el Operativo Aprender presenta limitaciones importantes para construir información relevante sobre lo que pretende conocer: ¿Qué aprendizajes han alcanzado los niños, niñas y jóvenes? Tenemos dudas sobre su metodología, sobre la inclusión de sólo algunos campos de conocimiento, sobre la manera en que se valorarán las prácticas de enseñanza y nos preocupa que no se haya dado participación a organizaciones sindicales docentes, a las universidades públicas nacionales, ni a los sectores que desde hace décadas vienen participando en las apuestas por una educación más justa.

Nos preguntamos también ¿Cómo medirá Aprender el cuidado de la infancia y la adolescencia realizado por los docentes?, ¿Cómo se miden las experiencias significativas que posibilitan a los niños/as y jóvenes sentirse parte de la escuela, la sociedad y el mundo?, ¿Cómo se miden las relaciones pedagógicas que posibilitaron en estos años a miles de estudiantes volver a la escuela o mantenerse en ella, asumiéndose como sujetos de derecho, con plenas capacidades de aprender?, ¿Acaso estos aprendizajes logrados en las escuelas no son valiosos socialmente?

Confiamos en los procesos participativos y colectivos para construir los dispositivos de evaluación y concebimos a la evaluación como parte de las propuestas de trabajo pedagógico que realizamos día a día en las aulas. Por eso, no discutimos ni nos oponemos a evaluar los aprendizajes escolares. Sí sostenemos que ello no puede realizarse con la intención de medir, controlar y establecer sistemas de premios y castigos a las escuelas, los docentes y estudiantes que profundicen desigualdades ya existentes.