En horas de la mañana de hoy efectivos de Gendarmería Nacional rodearon la asamblea de los trabajadores de Pepsico y comenzaron el desalojo de la fábrica con una brutal represión. Esta empresa multinacional ha despedido 700 trabajadores que hasta hoy resisten en las instalaciones.
Esta nueva embestida represiva contra trabajadores despedidos de sus empleos -como sucedió con Cresta Roja- es una demostración más de la impunidad y el carácter autoritario del Gobierno Nacional, que busca profundizar el ajuste, los despidos y la criminalización de la protesta social.