Una escuela inclusiva es la que garantiza condiciones de enseñanza y aprendizaje para que todos puedan acceder al derecho a la educación, teniendo en cuenta que no todos aprenden al mismo tiempo, que los grupos son heterogéneos, y que las condiciones institucionales, curriculares y de trabajo áulico no siempre acompañan las trayectorias de quienes más lo necesitan.
La decisión del Ministerio de Educación de la Provincia de considerar 1° y 2° grado como una unidad pedagógica, implica revisar los dispositivos pedagógicos y normativos vigentes, las planificaciones institucionales, la coordinación intraciclos, la secuenciación y articulación de los contenidos al interior y entre grados. Abre posibilidades de diversos agrupamientos, permite priorizar aprendizajes y revisar modos de evaluación a lo largo del primer grado y ciclo. Esta decisión enmarcada en la resolución del Consejo Federal de Educación, y que se implementará en nuestra provincia a partir del 2013, no debe entenderse como una promoción automática sino como una oportunidad de generar los tiempos necesarios para los aprendizajes que no se construyen en todos los niños/as en igual tiempo cronológico. Estamos convencidos que la repitencia no es una medida eficaz para lograr que los estudiantes se apropien de los saberes, sino que refuerza las biografías de fracaso escolar. Esto supone una revisión integral de las condiciones pedagógicas, institucionales, normativas y de organización del trabajo. Por lo que la implementación del régimen de promoción deberá estar acompañado de estrategias de financiamiento y recursos necesarios para el fortalecimiento y capacitación docente, así como un trabajo articulado de equipos docentes, directivos y de supervisión que garanticen la continuidad de la enseñanza y de las trayectorias escolares.