Institucional

Paremos las balas y la violencia: La Escuela no es una trinchera

Publicado el: 19-05-2013

Ante los hechos de violencia en distintos barrios de la ciudad de Córdoba que involucran a las escuelas y los docentes que allí se desempeñan, Juan Monserrat, Secretario General de UEPC, sostuvo que trabajamos activamente para que las condiciones de trabajo de los compañeros y de los alumnos sean las más seguras posibles y por ello demandamos a las autoridades que corresponda, presencia y protección. Pero esto sólo debería ser ocasional. No nos podemos acostumbrar a la imagen de los móviles policiales en la puertas de las escuelas. 
Además, afirmó que se naturaliza que estas zonas de la ciudad son casi territorios en guerra dentro de los cuales la escuela es la trinchera y la policía la avanzada. Entre una institución y la otra parece no haber nada. No podemos aceptar que la única respuesta sea la violencia. 
Asimismo, Monserrat sostuvo que a las bandas que están actuando en estos barrios se les tiene que aplicar todo el peso de la ley pero si no se corta de raíz la marginación y estigmatización de los jóvenes de sectores populares nos encontramos ante un círculo de nunca acabar. Mañana serán otros los jóvenes que estén provocando problemas o delinquiendo en estos mismos barrios o en los de al lado. Por otra parte, el Secretario General hizo notar que desde UEPC se viene trabajando en propuestas pedagógicas alternativas que descansan en un reconocimiento al derecho social a la educación de todos los niños y jóvenes, una profunda confianza en sus posibilidades de aprender y un reconocimiento al compromiso y los saberes colectivamente construidos por los docentes en cada escuela. Los programas 108 escuelas y Consulta Pedagógica son herramientas que fortalecen el trabajo de enseñar cotidianamente, pero que a la vez muestran claramente que el cuidado de la infancia tiene una importancia tan grande que no puede descansar solo en lo realizado por la escuela. 
En tal sentido, sostuvo que son necesarios, además, políticas sociales activas que se hagan presentes en cada barrio, mediante actividades culturales y recreativas, el trabajo comunitario de trabajadores sociales y la revitalización de espacios públicos como las plazas barriales y clubes barriales. Estos son apoyos no policiales que fortalecen el sentido de integración social de la escuela. Para finalizar Monserrat planteó: Estamos convencidos que hacen falta abordajes integrales que amplíen la mirada sobre estos procesos tan violentos.
Los docentes de las escuelas públicas vamos a seguir trabajando con compromiso en la inclusión educativa pero no se nos puede pedir que solitariamente resolvamos los problemas de inclusión social que son la principal razón, junto con el fracaso de ciertas políticas públicas, de estos conflictos.
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