En nuestra tarea de enseñar, la voz es una herramienta fundamental. Por eso, desde UEPC, nos parece importante la detección precoz de patologías y las buenas prácticas de cuidado.
¿Cómo nos damos cuenta de que nuestra voz está siendo afectada?
1- Si tenés carraspera y/o tos frecuente.
2- Si sentís cansancio después de hablar mucho y alivio al estar en silencio.
3- Cuando experimentás dificultad para hablar o la sensación de tener algo extraño en la garganta.
4- Cuando el final de tus frases no se oyen por falta de aire.
Estas son señales de alerta. Por eso, te recomendamos algunas buenas prácticas para mejorar el uso de tu voz en la escuela:
1- Hablar lento y articuladamente.
2- Tomar abundante agua durante y después de usar la voz.
3- El agua es el lubricante ideal para las cuerdas vocales.
3- Al ducharte, inspirá por la boca el vapor de agua. Así ayudamos a mantener la humedad de la mucosa de las cuerdas vocales.
3- No fuerces la voz para captar la atención de tus estudiantes.
4 -Las palmas, los silencios o gestos e, incluso, bajar el tono, puede ayudarte a restablecer el clima de trabajo sin forzar exigir la voz.
También existen algunas cosas que podemos evitar para mejorar nuestra voz:
1- No consumir en exceso bebidas irritantes como café, mate o gaseosa. Pueden afectar la voz y predisponen a la formación de nódulos o lesiones en la laringe.
2- Dentro de lo posible, evitar respirar el polvillo de tiza. La tiza es un agente nocivo, especialmente para las personas alérgicas, recomendamos borrar de arriba hacia abajo para disminuir la dispersión del polvo.