El miércoles 13 de septiembre en el IPEM Nº 348 Gabriel García Márquez de la localidad de San Antonio de Arredondo (Delegación Punilla), el Programa de Consulta Pedagógica realizó un taller para abordar la participación y el uso de la palabra de los/as jóvenes en la escuela.
La actividad surgió de una demanda realizada por la Directora Gabriela Chanquía, quien acercó la inquietud de los/as docentes respecto a contar con instancias de formación y reflexión sobre esas temáticas. De manera coordinada con Miriam Godoy , Secretaria de Defensa Gremial de nivel secundario de UEPC y Jorge Pizarro, Inspector de la zona, se obtuvo el cambio de actividad necesario para favorecer la participación de 40 docentes, los/as preceptores, el coordinador de curso y los directivos.
La jornada tuvo por objetivo generar un espacio de trabajo con todos/as los/as profesores/as de la institución sobre los formatos curriculares, especialmente el taller y el ateneo, como vías para fomentar y/o profundizar distintas formas de participación de los/as estudiantes. Desde allí se buscó pensar y problematizar sobre el rol de los/as jóvenes en la escuela; el modo en cómo disponemos, enseñamos, y gestamos lugares, tiempos y dispositivos para que su palabra circule, sea oída y reconocida.
Para ello, se propuso movilizar a los/as docentes desde un temática poco convencional en los contenidos, como lo es «el beso». A partir de un texto de Pablo Maurette, se desarrollaron actividades retomando sus interrogantes: “¿Dispone el lenguaje de suficientes verbos, adjetivos, onomatopeyas para dar cuenta de la apabullante variedad de sensaciones que se producen cuando dos personas se besan? Y si no dispone de los medios necesarios para describirlos, ¿cómo hará el lenguaje para explicar, para enseñar a dar besos?”.
En ese marco, los/as profesores/as realizaron diferentes dinámicas vivenciales para poner en juego los formatos curriculares en una secuencia de trabajo, que va desde la lectura de un texto a la producción de materiales o propuestas convocantes para los/as estudiantes.
El segundo momento, apuntó a reflexionar sobre el lugar de los/as adultos/as educadores/as en relación a la participación y al modo en cómo se generan espacios para que la palabra de los/as chicos/as corra y sea escuchada. Acompañados por una poesía de Roberto Juarroz y una charla de la escritora Liliana Bodoc, se plantearon algunos interrogantes que fueron orientado las discusiones y análisis: ¿Cómo se conjugan la participación y los intereses de los/as jóvenes en la escuela? ¿Qué implica enseñarle a otro/a a usar su palabra? ¿Qué dispositivos institucionales se pueden generar para ello? ¿Qué implica proponer participación en la escuela? ¿Cómo lo hacemos? ¿Qué pensamos cuándo decimos que todos/as tiene que participar? ¿Quiénes participan finalmente? ¿De qué se habla y de qué no se habla? ¿Quiénes escuchan? ¿Escuchamos? ¿Cómo escuchamos lo que tienen para decir nuestros/as jóvenes?
De ese modo, transcurrió una movilizante y enriquecedora jornada. Los/as docentes hablaron de cómo compartir saberes y conocimientos. Hablaron del poder y de aquello a lo que se «renuncia» o «cede» cuando se abre el juego. Hablaron de lo que obtienen cuando habilitan caminos para distribuir la palabra, para registrar a todos/as, para tocar las fibras e interpelar. Hablaron de la posibilidad de conocer algo del otro al que «le» enseñan. Hablaron de todo lo que aprenden cuando brindan herramientas necesarias para que los/as jóvenes tomen y lancen su voz. Hablaron de las ganas que tienen y lo mucho que cuesta, a veces, trabajar con la palabra cuando hay tanta desigualdad…
Hablaron de lo importante que es, entonces, crear condiciones para que el aula sea un espacio más justo, donde las diferencias y la diversidad, los desacuerdos y silencios se hagan voz y sintonicen procesos de aprendizaje y creación para todos/as.