“La escuela en contextos de pobreza y expulsión social”

Parte del equipo docente nos cuenta cómo surge el Proyecto 108, el camino recorrido y los nuevos desafíos.

UEPC hace muchos años tomó la decisión de plantearse la educación como objeto de estudio, de pensarla desde el lugar de los docentes, desde el espacio en que el alumno está en la escuela. ¿Qué hacemos los docentes con este alumno hoy, en la crisis, para que aprenda, para que no pierda el derecho de aprender, y quede sin posibilidad de llegar al conocimiento?

En este sentido, desde el año 1986 se planteó la investigación cómo camino para comprender las relaciones que existen entre las condiciones de trabajo, y la ciencia, el conocimiento, la tecnología, la salida laboral, la política, las relaciones de poder, etc., en escuelas a las que llamamos urbano – marginales, no por su ubicación geográfica, sino por su población escolar, situada en los márgenes de la sociedad, excluida.

En los años 1991-92 y 1998-99 se investigó sobre estas escuelas urbano – marginales (EUM), y en el año 2000, se orientó la investigación hacia las condiciones de vida y de trabajo de los docentes cordobeses.

En los años 98/99 se relevaron 108 escuelas en la ciudad de Córdoba, con una población escolar de 54.000 chicos y 3.500 docentes. Los datos de la investigación acerca de que en las EUM los alumnos aprenden menos, presentan graves dificultades en el área del lenguaje, la formación de los docentes es inadecuada e insuficiente y los docentes en estas escuelas se enferman más, junto a la necesidad de producir cambios en las prácticas docentes comprometieron al sindicato a diseñar una propuesta de trabajo que permitiera revalorizar y actualizar la formación docente.

En el año 2000 el gobierno de la provincia consideró valiosos los resultados de las investigaciones del gremio sobre las EUM y decidió, en el marco de las políticas focalizadas hacia los sectores sociales desfavorecidos, expresadas en el Pacto de la Calidad Educativa, realizar un convenio con UEPC. Se firmó una acta acuerdo entre el Ministerio de Educación de la provincia para trabajar conjuntamente en un proyecto que se llamó “Rehacer la escuela en contextos de pobreza y exclusión social”.

En este sentido y en el marco del acta acuerdo se decidió trabajar con 54 maestros de grado –en adelante llamados Maestros de Apoyo (MA) – para intervenir en las escuelas a los fines de colaborar con los maestros. Partimos para ello de una concepción de trabajo cooperativo, maestro de grado + maestro de apoyo.

Los MA recibieron y reciben capacitación permanente, en base a los siguientes ejes:

  • La revisión del sentido de la escuela en contextos de vulnerabilidad socio – educativa.
  • La alfabetización inicial y su relación con el fracaso escolar.
  • El análisis de las propias prácticas pedagógicas.

Desde el año 2000 hasta hoy el proyecto ha extendido la cobertura inicial a un número creciente de escuelas, ha ampliado la cantidad de maestras de apoyo, las áreas de trabajo y cambió también su denominación por Proyecto de Fortalecimiento Pedagógico en Lengua, Ciencias y Matemática

Pero sigue manteniendo sus principios fundamentales:

  • La maestra de apoyo acompaña a la maestra de grado en su tarea frente a los niños, fortaleciendo ambas la práctica pedagógica.
  • La permanente construcción de un proyecto alfabetizador que involucre a cada vez más a alumnos, padres y docentes, con prácticas de lectura y escritura.
  • La práctica pedagógica entraña un profundo compromiso ético y político que tiene en cuenta el contexto en que se lleva a cabo la escolarización.

En este sentido, desde UEPC se propicia la planificación y la puesta en aula de actividades habituales, secuencias didácticas, proyectos, situaciones de reflexión y sistematización sobre el lenguaje que garanticen el contacto planificado y sostenido de los niños con diferentes materiales de la cultura letrada (libros, revistas, manuales, enciclopedias, diccionarios, diarios, películas, obras de arte, museos, películas, videos, contenidos de internet, etc.)

Este proyecto alfabetizador para las EUM, considera la alfabetización como una construcción social y cultural ligada estrechamente a la diversidad. Se respetan las diferencias de edad, las variantes lingüísticas y las diferentes culturas de origen, que remiten por un lado a los contenidos fundamentales de la lectura y la escritura para posibilitar a los alumnos el acceso a otros conocimientos y a una mejor inserción en la vida cotidiana, y por otro lado a través de la invención, operar “en situación” a partir de condiciones concretas, se ejercen acciones igualadoras, que no consisten en fabricar sujetos homogéneos y semejantes a un modelo ideal, sino ayudarlos a construir su diferencia.